Como el primero no llevaba ninguna foto suya, todo el mundo se sorprendió al ver en la portada de su segundo lp que Teena Marie, conocida como Lady T, no era negra. Efectivamente, tal como aparecía retratada, ataviada lujosamente para la ocasión, era más blanca que la nieve y eso no parecía ser inconveniente para que sonara totalmente como una afroamericana, sin contar con el hecho de que grababa para Motown, sello eminentemente dedicado a la black music. Mary Christine Brockert era californiana, de ascendencia portuguesa y criada en los barrios multirraciales de Los Angeles, de ahí su desparpajo a la hora de moverse en ritmos y cadencias que en teoría debían serle ajenos a alguien de su raza. Su primer disco fue producido nada más y nada menos que por Rick “superfreak” James, que consiguió un bombazo con su dueto “I’m just a sucker for your love”, no menos sonado que el romance loco que más tarde mantendrían ambos. Para este su segundo disco titulado con su nombre de guerra, la cantante, que además era capaz de componer, arreglar y producir sus canciones, contó con la ayuda del productor y compositor Richard Rudolph, casado hasta su reciente fallecimiento con la muy llorada Minnie Riperton, a la cual está dedicado este álbum. Juntos dieron forma a uno de esos trabajos urdidos en los estertores de la era disco y que ayudaron a configurar lo que más tarde se conocería como boogie, aunque desde una perspectiva no tan electrónica como la que tendría dicho género. La carnosidad de la sensual voz de la Marie planea tórrida por todas las canciones, construidas a base de sólidas bases que un elenco de músicos de los de quitar el hipo se encargaba de ejecutar, así tenemos infecciosas incitaciones al baile como “You’re all the boogie I need”, “Behind the groove” o “Young girl in love”, que se veían reforzadas por medios tiempos erótico festivos de la talla “Why did I fall in love with you” o baladones como “Now that I have you”, que significaron la confirmación de una artista de fuerte personalidad que siempre mantendría el férreo control de su carrera (muchos la llamaban la reina blanca del soul) a la que extraería frutos incluso en su fase de madurez, previa a su desdichada muerte a los 54 años de edad, víctima de una adicción a los medicamentos, que paradójicamente para una mujer de sus características, no supo controlar a tiempo. Perdimos a una gran creadora que estaba en aquél entonces, además, en la cresta de la ola. (Juanjo Frontera)
LOU RIP Forum Punisher
Mensajes : 69901 Fecha de inscripción : 27/02/2013 Edad : 58 Localización : Portugalete-Estonia
Como el primero no llevaba ninguna foto suya, todo el mundo se sorprendió al ver en la portada de su segundo lp que Teena Marie, conocida como Lady T, no era negra. Efectivamente, tal como aparecía retratada, ataviada lujosamente para la ocasión, era más blanca que la nieve y eso no parecía ser inconveniente para que sonara totalmente como una afroamericana, sin contar con el hecho de que grababa para Motown, sello eminentemente dedicado a la black music. Mary Christine Brockert era californiana, de ascendencia portuguesa y criada en los barrios multirraciales de Los Angeles, de ahí su desparpajo a la hora de moverse en ritmos y cadencias que en teoría debían serle ajenos a alguien de su raza. Su primer disco fue producido nada más y nada menos que por Rick “superfreak” James, que consiguió un bombazo con su dueto “I’m just a sucker for your love”, no menos sonado que el romance loco que más tarde mantendrían ambos. Para este su segundo disco titulado con su nombre de guerra, la cantante, que además era capaz de componer, arreglar y producir sus canciones, contó con la ayuda del productor y compositor Richard Rudolph, casado hasta su reciente fallecimiento con la muy llorada Minnie Riperton, a la cual está dedicado este álbum. Juntos dieron forma a uno de esos trabajos urdidos en los estertores de la era disco y que ayudaron a configurar lo que más tarde se conocería como boogie, aunque desde una perspectiva no tan electrónica como la que tendría dicho género. La carnosidad de la sensual voz de la Marie planea tórrida por todas las canciones, construidas a base de sólidas bases que un elenco de músicos de los de quitar el hipo se encargaba de ejecutar, así tenemos infecciosas incitaciones al baile como “You’re all the boogie I need”, “Behind the groove” o “Young girl in love”, que se veían reforzadas por medios tiempos erótico festivos de la talla “Why did I fall in love with you” o baladones como “Now that I have you”, que significaron la confirmación de una artista de fuerte personalidad que siempre mantendría el férreo control de su carrera (muchos la llamaban la reina blanca del soul) a la que extraería frutos incluso en su fase de madurez, previa a su desdichada muerte a los 54 años de edad, víctima de una adicción a los medicamentos, que paradójicamente para una mujer de sus características, no supo controlar a tiempo. Perdimos a una gran creadora que estaba en aquél entonces, además, en la cresta de la ola. (Juanjo Frontera)
qué buena recomendación
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LOU RIP Forum Punisher
Mensajes : 69901 Fecha de inscripción : 27/02/2013 Edad : 58 Localización : Portugalete-Estonia
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
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Pete Maravich
Mensajes : 14300 Fecha de inscripción : 06/08/2014 Edad : 52 Localización : Vigo
Como el primero no llevaba ninguna foto suya, todo el mundo se sorprendió al ver en la portada de su segundo lp que Teena Marie, conocida como Lady T, no era negra. Efectivamente, tal como aparecía retratada, ataviada lujosamente para la ocasión, era más blanca que la nieve y eso no parecía ser inconveniente para que sonara totalmente como una afroamericana, sin contar con el hecho de que grababa para Motown, sello eminentemente dedicado a la black music. Mary Christine Brockert era californiana, de ascendencia portuguesa y criada en los barrios multirraciales de Los Angeles, de ahí su desparpajo a la hora de moverse en ritmos y cadencias que en teoría debían serle ajenos a alguien de su raza. Su primer disco fue producido nada más y nada menos que por Rick “superfreak” James, que consiguió un bombazo con su dueto “I’m just a sucker for your love”, no menos sonado que el romance loco que más tarde mantendrían ambos. Para este su segundo disco titulado con su nombre de guerra, la cantante, que además era capaz de componer, arreglar y producir sus canciones, contó con la ayuda del productor y compositor Richard Rudolph, casado hasta su reciente fallecimiento con la muy llorada Minnie Riperton, a la cual está dedicado este álbum. Juntos dieron forma a uno de esos trabajos urdidos en los estertores de la era disco y que ayudaron a configurar lo que más tarde se conocería como boogie, aunque desde una perspectiva no tan electrónica como la que tendría dicho género. La carnosidad de la sensual voz de la Marie planea tórrida por todas las canciones, construidas a base de sólidas bases que un elenco de músicos de los de quitar el hipo se encargaba de ejecutar, así tenemos infecciosas incitaciones al baile como “You’re all the boogie I need”, “Behind the groove” o “Young girl in love”, que se veían reforzadas por medios tiempos erótico festivos de la talla “Why did I fall in love with you” o baladones como “Now that I have you”, que significaron la confirmación de una artista de fuerte personalidad que siempre mantendría el férreo control de su carrera (muchos la llamaban la reina blanca del soul) a la que extraería frutos incluso en su fase de madurez, previa a su desdichada muerte a los 54 años de edad, víctima de una adicción a los medicamentos, que paradójicamente para una mujer de sus características, no supo controlar a tiempo. Perdimos a una gran creadora que estaba en aquél entonces, además, en la cresta de la ola. (Juanjo Frontera)
qué buena recomendación
La descubrí durante el confinamiento y me pareció un gran disco. Me parece el espejo donde se vio la primera Madonna.
Pete Maravich
Mensajes : 14300 Fecha de inscripción : 06/08/2014 Edad : 52 Localización : Vigo
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
A mí me parece la obra maestra de LZ que nadie suele citar entre sus favoritos y, posiblemente, su disco más misterioso, empezando por la portada...
Juanvi
Mensajes : 5695 Fecha de inscripción : 01/03/2013 Edad : 42
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
Obra maestra, como cualquiera de sus 6 primeros discos.
Juanvi
Mensajes : 5695 Fecha de inscripción : 01/03/2013 Edad : 42
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
reconozco que suelo salir poco de sus discos II-IV...........
Como el primero no llevaba ninguna foto suya, todo el mundo se sorprendió al ver en la portada de su segundo lp que Teena Marie, conocida como Lady T, no era negra. Efectivamente, tal como aparecía retratada, ataviada lujosamente para la ocasión, era más blanca que la nieve y eso no parecía ser inconveniente para que sonara totalmente como una afroamericana, sin contar con el hecho de que grababa para Motown, sello eminentemente dedicado a la black music. Mary Christine Brockert era californiana, de ascendencia portuguesa y criada en los barrios multirraciales de Los Angeles, de ahí su desparpajo a la hora de moverse en ritmos y cadencias que en teoría debían serle ajenos a alguien de su raza. Su primer disco fue producido nada más y nada menos que por Rick “superfreak” James, que consiguió un bombazo con su dueto “I’m just a sucker for your love”, no menos sonado que el romance loco que más tarde mantendrían ambos. Para este su segundo disco titulado con su nombre de guerra, la cantante, que además era capaz de componer, arreglar y producir sus canciones, contó con la ayuda del productor y compositor Richard Rudolph, casado hasta su reciente fallecimiento con la muy llorada Minnie Riperton, a la cual está dedicado este álbum. Juntos dieron forma a uno de esos trabajos urdidos en los estertores de la era disco y que ayudaron a configurar lo que más tarde se conocería como boogie, aunque desde una perspectiva no tan electrónica como la que tendría dicho género. La carnosidad de la sensual voz de la Marie planea tórrida por todas las canciones, construidas a base de sólidas bases que un elenco de músicos de los de quitar el hipo se encargaba de ejecutar, así tenemos infecciosas incitaciones al baile como “You’re all the boogie I need”, “Behind the groove” o “Young girl in love”, que se veían reforzadas por medios tiempos erótico festivos de la talla “Why did I fall in love with you” o baladones como “Now that I have you”, que significaron la confirmación de una artista de fuerte personalidad que siempre mantendría el férreo control de su carrera (muchos la llamaban la reina blanca del soul) a la que extraería frutos incluso en su fase de madurez, previa a su desdichada muerte a los 54 años de edad, víctima de una adicción a los medicamentos, que paradójicamente para una mujer de sus características, no supo controlar a tiempo. Perdimos a una gran creadora que estaba en aquél entonces, además, en la cresta de la ola. (Juanjo Frontera)
ummm....pues no se yo,,,,tengo que oir el disco entero
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
Enmedio del IV y el Physical Graffiti es "normal" que "solo" sea considerado un clasico mas, obra maestra. Pero muy mal llevar decadas sin escucharlo aunque lo cierto es que yo llevo unos cuantos años sin escucharlo.
Pete Maravich escribió:
_________________ "Nadie puede tocar mas alto que Manowar. Nunca. Y Motorhead lo saben"
Alinoe
Mensajes : 12032 Fecha de inscripción : 28/02/2013 Edad : 48
Para aquellos que gusten de descubrir joyas ocultas setenteras, Solid Ground grabaron en el 76 un pedazo de álbum hard/psych rock que hará vuestras delicias.
Además, resulta que son de ese país que por aquí se denominan hacendados...
Grupo Hacendado es aquel que calca al dedillo otra época priorizando la forma al fondo, es decir, buena imagen, actitud rockera pero sin canciones. Por desgracia Suecia hace años que se ha convertido en el gran bazar chino del rock europeo. El caso de estos es distinto, un grupo de los 70 que suena como en los 70, más o menos como los Storm sevillanos o como estos suecos progresivos que grabaron un disco cojonudo.
Era por incordiar un poco, ya sabes
Me anoto el que comentas porque no lo conozco
Alinoe
Mensajes : 12032 Fecha de inscripción : 28/02/2013 Edad : 48
Si ayer viajamos a mediados de los 70's por Suecia, hoy la máquina del tiempo nos acerca hasta 1971 en Alemania. My solid ground (sorprendentemente se llaman casi igual que la banda sueca de ayer) entregaron un disco de space rock donde la psicodelia,el progresivo incipiente y el hard rock reinan por todo lo alto y se revela como una golosina irrechazable para quienes saborean el género y pacientemente se adentran en los desarrollos musicales de calidad.
Pete Maravich
Mensajes : 14300 Fecha de inscripción : 06/08/2014 Edad : 52 Localización : Vigo
Décadas llevaba sin escucharlo y me sigue pareciendo tan impactante como la primera vez o como esa enigmática portada. "Houses of the holy" sería la obra mayúscula de miles grupos y sin embargo para Led Zeppelin fue un clásico más dentro de una discografía insuperable. Entre las cosas que más admiro de los británicos y que pocas bandas de hard-rock, coetaneos y descendientes han logrado, es su voracidad por abarcar estilos, por no estancarse y eso que comercialmente lo hubiesen tenido fácil grabando una y otra vez el mismo disco. Aquí, además de rock duro, folk y esos acústicos que perfectamente controlaban, se atreven con el funk, el reggae, el pop, incluso hay momentos sinfónicos. Entre "D’yer Maker" y "No Quarter" existe un universo de distancia -no hablo de calidad, sí de estilos- y sin embargo ambas suenan a "Led Zeppelin".
Enmedio del IV y el Physical Graffiti es "normal" que "solo" sea considerado un clasico mas, obra maestra. Pero muy mal llevar decadas sin escucharlo aunque lo cierto es que yo llevo unos cuantos años sin escucharlo.
Pete Maravich escribió:
La sobresaturación hace estragos. Me tiré toda la década de los 80 y 90 escuchando Led Zeppelin a todas horas hasta que mi cerebro dijo "basta". De vez en cuando sienta muy bien recurrir en porciones pequeñas a la banda de tu vida
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LOU RIP Forum Punisher
Mensajes : 69901 Fecha de inscripción : 27/02/2013 Edad : 58 Localización : Portugalete-Estonia