No pienso elegir entre semejantes piaras de infraseres. La única diferencia para mi es que Rocío Jurado siempre me pareció una artista muy respetable (aunque en las antípodas de mis gustos, obviamente) Una tipa con unas tablas descomunales y un vozarrón de tres pares de cojones. Y la otra zarrapastrosa no deja de ser una ex-presidiaria, ladrona, que lleva viviendo muchos más años de su nombre que de su carrera artística. Por lo demás, cada vez que veo alguno de ellos, pienso en el gran invento de Joseph-Ignace Guillotin, y en lo mucho que ganaría el país si estuvieran tod@s picando piedra.